Iglesia de La Asunción de Nuestra Señora.
La plaza de Nuestra Señora de la Asunción ubicada en la plaza del pueblo, data del siglo XVII y fue reconstruida tras los grandes daños que sufrió en la Guerra Civil. Está compuesta por una sola nave rectangular, construida con la piedra característica de la zona, con cubierta de teja y dejando pocos huecos para evitar el frío. De lateral sobresale un tejadillo sobre pilares almohadillados, a modo de pórtico abierto, que constituye el elemento singular que caracteriza a las iglesias de esta zona, por el que se accede al interior.
Las jambas y el dintel destacan por estar hechos a base de granito, igual que los bancos de la puerta de la iglesia y la fuente de la plaza. En la parte izquierda se eleva la espadaña, construida en ladrillo, con dos huecos en forma de arco de medio punto, en los que se alojan las campanas y coronada por una pequeña cruz.
Las campanas siempre han estado unidas a las costumbres y labores de los pueblos serranos, y cada tañido tiene una función diferente: toque de oración, de fuego, de difuntos, repiques de fiesta, el Ángelus, o el toque de queda, para indicar el final del día. En Berzosa, a día de hoy, se siguen usando algunos de estos famosos toques.
El Lavadero
El antiguo lavadero fue construido en los años 40 y se asienta sobre lo que antiguamente eran las pozas a las que acudían las mujeres de Berzosa a lavar la ropa cuando no había agua corriente en las casas. Tiene dos estanques: uno para enjabonar y restregar la ropa y el otro para enjuagarla. Está construido sobre una zona inclinada para facilitar el lavado con la propia caída del agua.
En la época, llevaban hasta el lugar los barreños de ropa y una tabla de madera con hendiduras que facilitaban el restregado de la ropa. Además, elaboraban su propio jabón natural que hacían en casa con sosa y grasa y, que aún hoy se sigue haciendo por su gran calidad. Después, tendían las prendas al sol extendidas en la hierba, tendidas entre dos árboles o en sus propias casas.
El lavadero era el lugar perfecto de reunión y encuentro en el que se comentaban las novedades ocurridas en el pueblo.
Plaza del Campillo
Aquí encontrarás la Morera centenaria. Vive allí desde hace más de 150 años y, se encuentra en perfecto estado de salud. Sus hojas son grandes, acorazonadas, de margen dentado y brillante y, como es de hoja caduca, todos los años renueva su peinado a partir de la primavera. Es en este momento cuando brotan las hojas en su frondosa copa, con la que esta centenaria morera protege del sol a todo aquel que se siente a sus pies.
Sin duda sentarse a contemplarla mientras escuchas el agua corriendo por la reguera, es uno de los pequeños placeres de los que podrás disfrutar en Berzosa.
Potro de Herrar
Es una construcción al aire libre, típica de los municipios serranos y seña de identidad inequívoca de la tradición ganadera de estos los pueblos. El potro era utilizado por los vecinos de Berzosa para inmovilizar a los animales y así herrarlos o practicarles determinadas curas más cómodamente y sin peligro. Fundamentalmente herraban a los animales que se empleaban en las labores del campo (vacas, bueyes, burros, etc.) para que las pezuñas no se desgastaran tan rápidamente.
El potro se compone de cuatro monolitos de pizarra clavados firmemente al suelo y que constituyen el soporte fundamental del resto de la estructura. Lo que le hace tan singular a nuestro potro en la zona, es el hecho de que los bloques sean de pizarra. Además, tiene otras dos piedras menores a ambos lados, cuya misión es la de apoyo a la pata doblada del animal para facilitar el trabajo del herrero.
También se incluyen los travesaños de madera, dispuestos en los laterales y unidos a los bloques de piedra, donde se ataban las cinchas de cuero que contribuían a levantar e inmovilizar más al animal. El yugo de madera está en la parte frontal, donde se sujetaba la cabeza del animal.
Fuente de la Hontana
Esta es una de las fuentes más bonitas del pueblo, construida aproximadamente hacia 1910. Es casi obligatorio ir a verla en todo su esplendor, rodeada de hierba verde y flores durante la primavera o en otoño, cuando a su alrededor se ve arropada por los tonos marrones y ocres de los árboles.
Antiguamente, era usada por los vecinos como abrevadero para el ganado, fundamentalmente ovino, así como para los animales de labor, mulas y bueyes. Pero además, aquí se echaban a lavar los haces de centeno que recogían en el campo, para quitarles el grano y hacer después atillos para el trigo. Sin duda, el pasado agrícola y ganadero de Berzosa está estrechamente unido a esta fuente tan singular. Y si, su agua se puede beber.